15 de marzo de 2008

Bora Bora.


(Foto de Google)

Aquí Bora Bora, aquí el lugar más exclusivo. ¡Bienvenidos ricos y famosos! Traed la cartera llena y sed ostentosos, que podréis dejar bien a gusto gran parte de sus (infinitas) cuentas corrientes. Venid en yates o helicópteros para ser más importantes, vosotros que podéis. En este rincón del Pacífico nadie os encontrará.

Lo más conocido de Bora Bora son, sin duda, los bungalows sobre el agua, imagen que todo el mundo conoce y asocia a esta privilegiada isla.

Yo no soy rico, pero aquí estoy, atraído por la belleza de esta isla, que dicen tiene el lagoon más bonito del mundo. Pues habrá que verlo, ¿no?

Y bonito es, por supuesto, aunque si tengo que elegir, me quedo con total seguridad con Aitutaki, por varias razones: Aitutaki es una isla mucho más pequeña que Bora Bora, menos pisada por el turismo, precios infinitamente más bajos y un lagoon donde cubre muy poco en todas partes. El de Bora Bora sin duda alberga un gran mar dentro, con zonas muy profundas. Puede que, desde el aire, las zonas más y menos profundas combinen mejor estéticamente para dar unas tonalidades más exóticas. En Bora Bora hay mucho vehículo y los precios son directamente prohibitivos.

La verdad que tenía ilusión por pasar una noche en un bungalow on the water. Me había marcado un tope de 500 euros por una noche; un día es un día o, mejor dicho, una noche es una noche. Cuando pregunté en el hotel Intercontinental Bora Bora, que es normalito y donde el lujo no salta a la vista, me di cuenta que, por primera vez en el viaje, el dinero ha sido una limitación. El bungalow más cutre y barato cuesta 700 euros por noche. Uno normal ronda los 1800 euros. Por esa cantidad estaría muy a gusto un tiempo indefinido en Asia, y bien a gusto. Y eso en este hotel, si uno va a St. Regis o Sofitel, esos que salen en las postales y donde acuden Naomi Campbell, Julio Iglesias o Eddie Murphy, tienen suites que llegan a los 50000 euros por noche. ¡Qué barbaridad!

Y no sólo los bungalows sobre el agua, el resto de alojamientos son realmente carísimos de la muerte, no bajan de 50 euros y son realmente malos. ¿Dónde voy a dormir? Lo contaré en la siguente entrega.

Aquí el hotel Bora Bora, el primero construido allá en los años sesentas y el que más estrellas aloja. Paseando por la playa encontré un letrero de dicho hotel que decía algo así como playa privada, pero en francés que no quise entender. ¿Playa privada? Sí, aquí cada super resort tiene su propia playa y casi no queda ninguna pública. Nada, sigamos caminando y obviemos el cartel.

Tras un rato más de paseo playero, llegué a un lugar donde el camino se acabó y, para atajar, intenté atravesar el hotel. Juas... ¡es un laberinto de bungalows dentro! Los jardineros y la gente del servicio me saludaban muy cortésmente pensando que estaba allí alojado. Yo por supuesto respondía bonjour sin vacilar para no despertar sospecha. Pero no fue tan fácil porque la salida no aparecía por ningún lado. Tras pasar varias veces por el mismo sitio (qué verguenza), finalmente tuve que preguntar, aun a riesgo de hacer pensar que era tonto del todo por no saber encontrar la majestuosa entrada, que para mí era salida. Esto de no ser rico no mola nada.

En fin, a disfrutar que para eso está hecha Bora Bora.

1 comentario:

Clau dijo...

y mexico????
hay tantas cosas k ver aqui