Día 25, Navidad (dicen). Empleo el
día en volar de
Singapur, de hecho apenas pienso que es Navidad salvo en tres o cuatro ocasiones.
Aquí algunas fotos de
Singapur. Con mis fugaces amigos naranjas:

Y comiendo
en Chinatown:

Y el momento de las despedidas: tercera de
Ángel (¿nos veremos en Brasil?) y primera de
Alex (¡espero verte en Nueva Zelanda!)

El vuelo fue rutinario, salvo por una
pequeña confusión en el aeropuerto. Llegué con muchas horas de adelanto (me encanta estar en los aeropuertos), el primero esperando, pero justo un minuto antes de abrir la puerta de embarque, me
pareció escuchar mi nombre por los altavoces. Algo
así como
"Mr. Juse$#ant dog*&@ut, go inmediatly to access C, please". ¿
Ein? No, no ha sido para mí... ¿o sí? Vaya por Dios... ¿Por qué cuando la gente habla en ingles se
empeña en hacerlo de manera indescifrable? No me quedó más remedio que buscar e ir al susodicho
access C. Falsa alarma. Cuando
volví a la sala de embarque pasé a ser el ultimo.
Por lo
demás, el vuelo no fue
catrastófico, etc, etc. Tras pasar por la raya del ecuador, y
también la raya del ecuador de mi viaje, llegué a
Denpasar (
Bali).
Ah, ¿que es la temporada de lluvias? ¿Justo ahora? Sin apenas dinero ni alojamiento reservado,
cogí un taxi a de madrugada para llegar a
Ubud, lugar que me
habían recomendado, pero la lluvia era tan intensa que la carretera en
rió se
convirtió, entrando agua en el interior del
vehículo y teniendo que parar de rato en rato. Bueno, pues parece que así es mi primer contacto con el monzón.

Adelanto que
Bali es genial.