No fue
fácil llegar desde
Delhi a
Agra, ciudad que pisa el
Taj Mahal.
Decidí coger un
autobús que te lleva desde
Delhi por la
mañana, te pasea por algunos templos, por supuesto el
Taj Mahal, y
después te deja de nuevo en
Delhi. 5 horas de viaje de ida y otras 5 de vuelta. Parece
cómodo y sencillo, ¿no?
280 rupias por el tema(algo mas de 5 euros,
carillo).
6:30 Estoy en el sitio acordado el
día anterior con la agencia que me despachó el billete, pero en dicha agencia sólo hay un individuo durmiendo en mitad del suelo (!?#). Moví un poco ese bulto humano con el pie y se despertó, gritándome algo que no entendí.
Aquí los autobuses no tienen numero ni horario, todo funciona hablando con la persona adecuada, que te
dirá donde debes ir, donde debes montar y quien te esperara en el lugar del destino. Todo suena tremendamente mafioso. En cualquier caso pocos minutos
después apareció un hombre. "
Sígueme", dijo.
En el
autobús viajan solo indios,
exceptuando dos chicas inglesas, que se quedaran por el camino, una australiana que viaja con su hijo (
después hablare de ella), y yo. También había algunos pasajeros de Bangladesh. El viaje se hace eterno, pero en un momento dado ocurre algo extraordinario: el guía se acerca a nosotros y dice que nos bajemos y sigamos a otro individuo. Una vez en tierra, la australiana, su hijo y yo, nos vemos subidos en un
rickshaw con un desconocido que no sabemos donde nos lleva.
Stop, ¿dónde vamos? Explicaciones dudosas y no claras recibimos.
Ok,
stop, déjate de cuentos. Queremos volver al
autobús YA.
Una vez encontrado el
autobús, que no fue
fácil, hablamos con otro nuevo guia que descansa en el interior para que nos aclare que pasa. Un momento... si tuúeres el guía, ¿quién era la otra persona que nos mandó bajar del
autobús antes? "
Ah, no, no, ese era un farsante..." ¡Cómo que un farsante! ¿¿¿Cómo es posible un guía falso dentro de tu propio
autobús??? Esto es
increíble,
INCREDIBLE, yo no salgo de mi asombro.
Durante el largo
día, el
autobús cambio de guía tres veces, siendo el más curioso de todos ellos el último, un
tiarrón enorme de mucho cuidado con pintas de enterrador, que hablaba a
través de un
micrófono de muy mala calidad con sonido totalmente
distorsionado, en
indi. Puedo catalogar la escena de absurdo
máximo.
La australiana y yo no paramos de quedarnos con los ojos abiertos
después de estar todo el
día para llegar al
Taj Mahal, superando jaleos, desordenes y gente pesada, en
Agra son realmente pesados. Todo el
día significa desde las 6:30 hasta las 3:30 del
día siguiente, unas cuantas horas excediendo el horario previsto, pero el concepto de horario en India no existe.
Aquí una foto de acosadores vendedores en
acción al ver una rendija de una ventanilla abierta.
Imagínese el ataque al salir del
autobús. Acabé bastante harto de tanto pesado y timador cuando me mandaban de un sitio para otro en la entrada e incluso tuve que dejar mi preciada mochila fuera. Al final uno acaba dudando de cualquiera que le pide dinero, por ejemplo un individuo que pasa por el interior de un
autobús cobrando el
ticket: ¿es el revisor de verdad o es un cualquiera? Es uno de estos momento en los que India te parece una basura y odias India y a sus mil millones de indios.
Decidí cerrar el monedero y no abrirlo bajo
ningún concepto, hasta
aquí hemos llegado.
Así, no pagué un
minibús que te llevaba a la puerta del
Taj Mahal, ni al
señor que guardaba los zapatos (hay que entrar descalzo), ni incluso a la consigna donde dejé mi mochila. Y no es por las cantidades, que son irrisorias.
Finalmente el
Taj Mahal. Sin comentarios, simplemente sobrenatural.


La primera
impresión al verlo desde lo lejos es que no parece una cosa material, como si estuviera pintado en el horizonte.
Después uno comprueba que es real, un mazacote de
mármol,
mármol por todos lados. El interior es
pequeño y oscuro. Muchos dicen que es el edifico mas bello del mundo, aunque
para mi gusto la catedral de Burgos tiene maá miga lo mires por donde lo mires.