2 de febrero de 2008

Nueva Zelanda, llegada a Auckland.

Cambié el vuelo para escapar cuanto antes de Australia. ¡Adiós, terrasco de miles de kilómetros a la deriva!

Ahí os quedáis, australianos. No me esperéis que lo mismo tardo en volver.

Mi avión llegó de noche a Auckland y, como no tenia nada buscado para dormir y vi asientos cómodos en el aeropuerto, allí me quede a dormir el resto de la noche.

Nueva Zelanda tiene otro aire, uno lo nota al entrar. Simplemente con una trivial conversión con una camarera de origen maorí del aeropuerto, mas humilde y con otro salero, me olvide de Australia.

El estilo de las calles es muy parecido, al menos en Auckland: aceras asfaltadas, cubiertas y con anuncios de las tiendas. Ver comparación.

Australia:

Nueva Zelanda:

Bienvenidos a Nueva Zelanda, aquí lo pasare mejor, sin duda.

Australia. Melbourne.

Abandono Sydney, no sin antes hacer un par de fotos a los letreros del backpackers donde me aloje los últimos días.

Ejem... ¿qué significa esto? Pregunté. Nada, al jefe le pareció divertido. Ay, ay, ay... Josan, no alcanzan el nivel de los cuadros de aquel hotel que probaste, pero es para sospechar, ¿no?

Dónde me he metido...

Melbourne es más de lo mismo. Ahora es el Open de tenis de Australia y la que hay montada es buena. Me costó encontrar un sitio para dormir y finalmente lo hice cerca de la playa. ¿Playa relajante? No, nada de eso.

Y con estos chiringuitos playeros deluxe no hay quien disfrute a gusto.

Cogí un viaje para recorrer la conocida GREAT OCEAN ROAD y ver paisajes varios.

Con parada para comer tiburón, aunque a mi me supo a merluza. Fish and chips english typical:

Lo más bonito fueron las escenas de los 12 apóstoles. Intenté sobrevolar la zona en helicóptero, pero no hubo tiempo para ello.



Y koalas en libertad. Cuidadín, no pensar que son como ositos de peluche, suaves y cariñosos Son animales peligrositos, ¡no acercarse a ellos!


Y árboles antiquísimos:

Otras formaciones muy estéticas adornan al costa hasta Adelaide.

Aquí con Dario, un italiano hablador de mil idiomas que ha recorrido la nada despreciable cantidad de 95 países, y sumando. Todo un viajero experimentado. ¡Encantado de conocerte y compartir experiencias!

No estuvo mal el día.

Australia, sociedad podrida.

Mi último día en Sydney, realmente tengo ganas de salir de aquí YA. Iré a la bahía y pasaré una mañana tranquila en el césped o en alguna terraza escribiendo en mi cuaderno.

¿Dije tranquila? No, para mi sorpresa resulta que hoy es el día nacional de Australia!!! Apaga y vámonos...
Es como si se hubieran puesto de acuerdo para restregarme por la cara las banderitas y recordarme que estoy en Australia todavía. Banderitas, banderitas de los hijos de la Gran Bretaña.
Me repugna todo esto, no aguanto esta sociedad. Todos muy ocupados trabajando con traje. ¿Tendrán mucho dinero entonces? No, no, I have a lot of bills to pay. Entonces, ¿tendrán mucho tiempo? No, el trabajo me absorbe. Entonces ¿que tienes? Tienes nada; ropa nueva y restaurantes caros donde gastar el dinero, porque todo muy caro es.
Ah, y come rápido y de cualquier manera, que tienes que volver a trabajar.
Eso no es hacer arte de comer. ¿Acaso han perdido el rumbo? Escuché una vez que Australia tiene ciudades con el mayor nivel de vida del mundo. ¿A esto llaman nivel de vida entonces?
¿Pasar un día en familia, comiendo basura y sin mesa? Mi padre jamas me compró chucherías, bollos ni gusanitos, ni mucho menos este tipo de comida. En mi casa nunca entro Coca Cola, salvo puntualmente para los invitados de algún cumpleaños, cuando se celebraban de esa manera.
Y todos son guays. Fantastic, perfect choice! It's my pleasure. Great! Dicen continuamente, pero no lo dicen de verdad. ¿Donde están las sonrisas de la gente de Bali que dejé atrás, totalmente sinceras? Aquí no recibirás ningún regalo de ese tipo, de esos que te alegran el día. Si recibes algo, lo tendrás que comprar.
Parece que se lo están pasando en grande, sí...
Aquí una escena de lo mas romántico, comida con vistas al mar:
El resultado no puede ser otro. Comed y engordad, insensatos:
Y algo muy americano, decir sorry pintando en el cielo. Para gastar mas dolares, debe ser. Una muestra de arrepentimiento sin gasto excesivo no cuela.
Y esto fue lo que fotografié, simplemente lo que hay.
Australia me aburre. Ni siquiera las chicas son guapas. Ah, y no olvides venir con la tarjeta de crédito en la boca, la vas a desgastar.

Torre de Sydney.

Hoy no sé qué hacer.

Allí a lo lejos veo una torre, una más para la colección. Allá voy.

309 m, nada comparado con las alturas de Asia, pero es lo que hay.

La verdad que TODAS las torres son igualitas en la parte del mirador, pero iguales, iguales.

Yo solo quería una entrada para subir al mirador, pero incluido e inevitablemente anexado estaba otra entrada para una proyección virtual. Que no, que yo no quiero extras. ¿De verdad tengo que pagar por eso? Vaya proyección virtual, lamentable, que contaba virtudes e intereses de Australia; lo peor que he visto en mucho tiempo.