No ha sido un
día muy agradable en cuanto a impresiones recibidas, pero sí muy valioso en cuanto a experiencias.
Lamentablemente se trata de experiencias con la muerte.
Esta
mañana, mientras estaba escribiendo y desayunando a la vez en la terraza del restaurante del hotel,
Ángel abrió la ventana de la
habitación y... oh, sorpresa, lo hizo en el mismo instante en el que el encargado del hotel
comenzó a degollar una cabra. "
Jose, mira
detrás de ti", me dijo. Efectivamente, a pocos metros
detrás de mí vi como aquel hombre separaba la cabeza del cuerpo de la cabra con tres cortes. La cabra
seguía moviéndose durante bastante tiempo, aun sin cabeza. Pues me ha estropeado el desayuno... Pensar que la cabra estaba por
aquí dando vueltas unos minutos antes y ahora se ha convertido en algo inerte no es
fácil de asimilar en
el momento.
Justo
allí, a un lado del hotel
comenzó después la
carnicería con el camboyano como dirigente, con total naturalidad inflaba a soplidos el cadáver, lo afeitaba, etc. No
pondré fotos.
Estos
días es el festival mas importante del
año, que consiste
básicamente en sacrificar todos los animales que encuentran por
ahí. La gente hace colas con pollos vivos en el brazo que, al llegar al templo de turno, matan y arrojan la sangre en las ruedas de los
automóviles para evitar accidentes.
También sacrifican multitud de cabras (muchas, muchas) y algunos
búfalos.
¿Puede ser peor la cosa aún? Por supuesto que sí.
Ángel,
Jean Michele y yo, decidimos hacer una visita al templo de un
rió cercano. Es un lugar donde se realizan actos funerarios. Preparan un lecho con madera para colocar el
cadáver sobre él y
después incinerarlo. Es un lugar extremadamente
tétrico, con gente llorando y alguien recitando oraciones por un altavoz.
Seré suave en fotos y descripciones, porque aseguro que fue un momento muy duro, rozando el limite de lo soportable.
Imagínense estar a dos metros de los cuerpos a medio quemar que
después son arrojados al
rió. El olor, las gentes, la
cercanía de la muerte y los rituales son impresionantes.

Este
río es un afluente del
Ganges,
así que uno
alzanza el Nirvana directamente de esta manera.

Pocos metros corriente abajo del
río, hay gente
bañándose e incluso
lavándose los dientes. No puedo creerlo. NO PUEDO CREERLO. Incluso se ve en esta foto un
niño buscando yo no sé qué en el fondo del
río, dicen que anillos o dientes de oro,
ajeno a los
cadáveres que le rodean.
Vaya
día llevamos...