Hoy toca un poco de rafting. Un pelín peligroso pero divertidísima actividad. El río, llenito de rápidos, alguno que otro muy puñetero. Yo no caí al agua en ningún momento, pero otros miembros de la embarcación sí. Sobrevivieron todos.
Aquí el equipo al completo, formado en su mayoría por malayos de brazos cortos no óptimos para el remo.
Y una foto con esta monísima y diminuta malaya...
1 comentario:
Oooh!! Ya no eres más naranjito barbudo...
Menuda pinta tenía ese desayuno!!
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