Sale mi tren desde
Irkust y llegará a
Ulaan Baatar; es momento de despedirse del grupo. Estoy
agradecidísimo de haber conocido a Antonio y
Ester, la verdad que han sido unos
compañeros de viaje insuperables y me alegro de haber pasado estos pocos
días, pero intensos, con vosotros. Qué voy a decir de Antonio, un viajero consagrado y
ávido de mil aventuras (sepan ustedes que tiene hasta permiso para tirarse en
paracaídas o quiere ir a Corea del Norte!!!! por citar un par de
cosillas),
campechano, buena gente y ese tipo de personas que se apuntan a un bombardeo. Y
Ester, que para ser su primer viaje en plan aventura no ha puesto ninguna pega y ha
aguantado como la que más. No muchas mujeres se hubieran comportado
así ni mucho menos y a la
mínima incomodidad hubieran montado un
lío de mucho cuidado, seguro. No hemos podido buscarle un
Ruskimushh (marido ruso), pero bueno
je, je. Gracias por hacer esta parte de mi viaje tan extraordinariamente estupenda, y no exagero nada sino que me quedo corto.
Y despedida
también, pero esta temporal, de
Josan, que se queda en
Irkutsk atrapado por la burocracia rusa, ya que tiene que conseguir el visado de
Mongolia y para ello ha entrado en una espiral de
procedures a cada cual más tortuoso. Debe ir a embajada
mongola, que abre no sabe cuándo.
Después rellenar los papeles y pagar, pero no puede paga
allí, debe ir a un banco, y no un banco cualquiera, un banco especial. Y no puede pagar sin más en el banco especial, debe tener una cuenta en Rusia o al menos el respaldo de un ruso, que debe involucrarse y dar su nombre y
dirección. Por suerte esta
Elena.
También me despiden
Alberto y
Elena, que seguro les esperan más aventuras en
Irkutsk.
No hay comentarios:
Publicar un comentario