Lo que más llama la atención de Beijing es la contaminación, esa palabra que tanto habíamos oído de otros viajeros pero que no teníamos tan en cuenta; Beijing es una de las ciudades más contaminadas del mundo, y se nota, se nota. Los edificios más lejanos ya desaparecen engullidos por el aire contaminado. Hay gente que ha estado aquí un mes sin ver el sol ningún día.
A la llegada, acompañados por la pareja canadiense-mongola, resolvemos algunos asuntos en la estación de tren, que es una autentica jauría de chinos.
Pero adelanto que Beijing es genial!!!
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