Llegó el momento de abandonar la ciudad. Para terminar visité un parque de pájaros, por lo visto el más grande del mundo.
Lo mejor: los pavos reales, una brillantez de la naturaleza.
Después, la nube de todas las tardes. Con qué mala leche aparece siempre.
Y las cabezas tapadas, aquí se quedan, que yo me voy.
Por lo demás tengo que decir que esta ciudad me ha defraudado en cuanto a modernidad. Las torres Petronas es lo único a destacar de verdad, y sólo por eso es un lugar a visitar.
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