19 de septiembre de 2007

Xi'an. Minicamareras mil

Infinitamente mejor que los guerreros de Xi'an ha sido la posterior comida en este restaurante. Maravillados quedamos, tanto por el aseo, del que prefiero saltarme detalles, como por la legión de diminutas camareras moviéndose alrededor de nosotros a modo de hormigueo. ¡Qué divertidas son! Si levantas la mano más allá de tu cabeza enseguida vienen unas cuantas, aunque solucionar, solucionar... no solucionan mucho.

Después la jefa de las minicamareras pasa revista. En China es bastante habitual, para mostrar en público cuán disciplinados son en este restaurante.

¿Puedo llevarme unas poquitas a España? Creo que tengo sitio en mi mochila...

China. Guerreros de Xi'an

"Los guerreros de Xi'an, una maravilla de la arqueología, con más de 6000 soldados tallados al detalle. No se lo pierda"

Psss... la visita a este lugar sobra. Ni hay 6000, ni 600 ni 100 si me apuras. Y sólo unos pocos de ellos tienen detalles. Lo que sí hay en numero de millones de miles son turistas. Decepción absoluta. ¿Y en Madrid la gente hacia largas colas para ver sólo a cuatro de estos soldados? Mí no entender.

Aquí una imagen típical, típical:

Cada vez poso peor, aunque esta vez con camisa china:

China. Tren Beijng - Xi'an

Llegó el momento. Salimos del hostel una hora y cuarenta minutos antes de la salida del tren, en la estación este de Beijing, el mismo sitio donde Josan cogió el tren rumbo a Laos días atrás. Aprovecho para decir que Josan llegó... y en estado vivo a Laos.

Ha comenzado a llover y el trafico es infernal. Tardamos horrores en coger un taxi, pero minutos más tarde tenemos que abandonarlo porque NO AVANZA NADA. El tiempo se echa encima y apenas quedan 45 minutos, muy poco porque Beijing es enormegrandeinfinita. Intentamos coger el metro, pero las paradas son pocas y después tendremos que andar una hora hasta la estación de tren desde la parada mas cercana.

No es nada fácil encontrar la entrada de metro, ¿¿¿nadie en la calle lo sabe ???!! Preguntamos a varias personas y cada una nos indica un sitio, como es de esperar. Finalmente bajamos a un centro comercial, donde recorremos varias plantas a toda prisa empapados hasta las cejas y con las mochilas a cuestas. ¿¿Aquí realmente se coge el metro??? No llegamos, no llegamos... El metro esta hasta arriba y hacemos sitio como podemos, ya bastante angustiados.

Al llegar a la estación, ya no podemos ir corriendo, esta demasiado lejos y tenemos que coger otro taxi. No llegamos... Nos deja en el otro lado de la calle, y aún tenemos que cruzar un puente enorme lleno de gente y movernos por la estación, que es ENORME. Justo al pasar por el puente suena un reloj dando las 7 de la tarde, además lo hace en un tono muy inglés al mas puro estilo Philleas Fogg, lo que da un aire muy clásico a este momento. Bueno, siempre puede ser peor, podría llover. Pero no, señora. Esta vez esta ya lloviendo!!! El tren sale a las 19:03, llegamos tarde por pocos minutos. 说地非上到飞地!!!!!

Bueno, Ángel, Kleber y yo no somos nuevos en esto de trajines viajeros y no nos desesperamos, de hecho nos lo tomamos con calma y humor. Más de una persona en esta situación se hubiera tirado de los pelos aquí y hubiera montado un buen follón, pero como bien decía Tono, "son cosas del viaje".

Intentar comprar nuevos billetes para el próximo tren se convierte en un procedure de los buenos. Nadie, digo NADIE, informa ni tan siquiera de donde se venden, es increíble. Todo está en chino, la gente sólo habla chino. @##!!&%%!!! Kleber prueba suerte en una de las mil ventanillas, pero no hay manera de hacerse entender. Termina por hacer trizas su billete delante del mostrador sin solucionar nada.

Descubrimos donde comprar los billetes, pero las colas son infinitas y densas. Densas porque los chinos hacen cola de una manera muy peculiar, pegados unos a otros, a codazos e intentando colarse por todos lados. De hecho es normal ver como la cola crece delante de ti en vez de ir menguando. INCREÍBLE, de verdad, es imposible evitar que los chinos se cuelen por muy pegado que estés al chino de delante que, fíjate tú, ¡es siempre distinto! De debajo de las piedras sale un chino y se pone delante, diciéndote que es amigo de otro, pega su pecho la espalda de su "amigo" y se une a él con fuerzas interatómicas; no hay nada que hacer. De vez en cuando un guardia da cuatro voces y ahuyenta a los colones, pero al minuto vuelven.

Tras una hora y media, prueba conseguida!!! Aquí tenemos tres billetes, incluso hemos salido ganando porque el asiento no es duro, debieron quedarse libres plazas en cama. Cada compartimento tiene 6 camas esta vez. Olé.

¡A Xi'an estamos llegando!

China. Últimas horas en Beijing

Se acerca la hora de dejar Beijing, una pena porque ya le había cogido cariño a las calles cercanas al hostel. Bueno, tras 17 días aquí, llega el momento de ir a Xi'an. Ya queda poco para probar/sufrir qué es eso del "asiento duro".

Kleber, que sigue junto a Ángel y yo estos días, también ha decidido coger el mismo tren, aunque ha comprado el billete esta mañana y ya no quedaba ni asiento duro! Directamente no tiene asiento. Tranquilo, Kleber, son poco mas de 11 horas. Que afortunados somos Ángel y yo, con asiento y todo... Dicen que el tren va muy llenito de chinos, y que en cuanto te levantas te quitan el asiento. ¡Que divertido!

Aquí estamos los tres ejercitándonos en una de las maquinas que se están poniendo de moda en Madrid, importadas de China.
Un rato antes de comer conocimos a Aina, una chica catalana que le encanto volver a hablar castellano con alguien después de un mes en Taiwan. También nos despedimos de Ángel y Miriam (?) otra pareja catalana con la que estuvimos ayer por la tarde dando vueltas por ahí.

China. Palacio de verano de Beijing

Hablar del palacio de verano de Beijing es hablar de un lugar de peregrinación de turistas, y ya comienzo a estar un poco harto de europeos en grupo vestidos de... exploradores (!!!). Van disfrazados de exploradores, como si acabaran de salir de una tienda de Coronel Tapioca y fueran a descubrir la selva virgen. Penoso. En este lugar también hay grupos de chinos, y cuando digo grupos me refiero a ríos muy muy muy numerosos de chinos con gorra.

Me lo pasé mejor bromeando con unos soldados chinos que estaban de cachondeo en el palacio:

Estos otros sentados en una mesa para afiliar gente al Partido Comunista eran algo más serios. No me afilie esta vez.

¡Allá va el primer envío!

Fui a China Post y por fin realicé un envío, desoyendo a aquellas voces que me habían dicho que mejor ni lo intentara, que iba a encontrar problemas. Je, je, ¡y no les faltaba razón! Encontré problemas, sí, de hecho recorrí casi todas las ventanillas y finalmente solo me ayudo una mujer que hacia las cuentas con un ábaco.

Los precios nada tienen que ver con lo que me dijeron el otro día, ni tan siquiera pude elegir la opción "surface" como también me habían dicho. Recuerda que los chinos siempre dicen que sí... siempre. Resultado: este paquetón de 7 kg camino a casa.
Eli, ahí van algunos regalos para ti. Lo envié justo un día antes de tu cumpleaños... quizás no lleguen a tiempo. Me dijeron, o eso entendí, que llegara entre 6 semanas y 3 meses. Si llega con relente... tómalo como regalo de Navidad! je, je, je.

China. Lecciones de intimidad

Como todos saben, existen muchos conceptos que varían enormemente de una parte del mundo a otra. Los chinos no son sucios, ellos dicen que tienen unos estándares de limpieza diferentes. Y así, ejemplos mil. Pero lo que realmente llama la atención es el concepto de INTIMIDAD.

Ni qué decir tiene que el número de individuos condiciona muchos factores, reduce el espacio vital y baja el nivel de intimidad a niveles ínfimos. Argumentan que si haces algo sin que nadie te vea es que tienes algo que ocultar y eso no está bien visto. Como ejemplo unos aseos de un hutong de Beijing:

Tomé la foto en uno que estaba vacío. Imagínese el shock que me produjo entrar en otro aseo y ver que estaba siendo usado por tres chinos a la vez!!! A pesar que he alcanzado un descaro bastante alto a la hora de tomar fotos, ahí encontré una barrera.

Bueno, y los hay aún peores; simplemente imagínense sucios, o incluso con un surco en el suelo con agua corriendo en vez de varios agujeros, para ser usado por una fila de chinos.