22 de abril de 2008

Vuelta a casa

Atrás quedan ya las cosas de Río de Janerio. En particular echaré de menos las caipirinhas y cocos, que tienen este aspecto visual:

Las frutas también recordaré, en especial mi querido mango.
Las favelas, Brazil tipical:

¿Alguien se anima a este "favela tour"? ¡Ja! Más bien "don't be gringo, be fool!" Sólo de pensar en pasear por la Rosinha, la favela más grande de Río donde habitan más de 60.000 personas, con sus correspondientes armas, me dan escalofríos.

Pero los viajes de vuelta al mundo también tienen un último día, ¡nadie me avisó de eso!

Ese día es hoy, casi nueve meses después de mi partida, vuelvo de nuevo a la T4, ahora lloviendo y con un aspecto muy poco tropical en Madrid.

Al menos tuve un caluroso recibimiento en el aeropuerto, cuando llegué envuelto en una gran bandera de Brasil, por parte de mi padre, mi madre, mi hermana y mis amigos Juan E., Paco y Tole.

¿Realmente se acabó ya? No, no quiero creerlo. ¿Ha sido todo un sueño? Creo que para mí, sí, mucho más que eso.

Casi con un pie dentro de casa. Creo que si pongo el otro también dentro, fin, se acabó, fin de los fines, game over.

También tuve una bienvenida en forma de correspondencia: dos cajas de cartas esperando a ser abiertas. Uy, ¡qué bien! ¡Cuántas felicitaciones! Veamos... la primera es del banco, esa no vale. La segunda, también del banco. Tranquilo, no pierdas la fe naranja. Una que no es del banco, es de la declaración de la renta. Uy, uy, uy... esto no mola nada. Pues así fueron todas.

Resultado, dos cajas de cartas, todas de la misma calaña, que realmente me estaban diciendo de manera explícita: "BIENVENIDO AL FIN DE TU VIAJE".