10 de abril de 2008

Camino hacia Brasil, el país de los traseros pomposos

25 horas de autobús (nada que ver con los envidiables autobuses de Argentina) desde Foz do Iguazu, cuando compré el billete de autobús me dijeron que tardaba la mitad que eso. Llego a Río de Janeiro.

Pongo así pie en el país de las frutas, el fúlbol, las playas, las brasileñas y los respectivos culos de las brasileñas.

Pobre de ti, mujer, si eres brasilenna y no tienes buen aspecto: encláustrate en casa, muere o emigra, aquí no tienes nada que hacer. Neumáticas chicas es lo que puedes encontrar en cualquier anuncio (que rozan lo pornográfico), da igual de lo que sea y si enciendes la televisión las verás, además, moviendo todo lo movible. Alegría, alegría! Y es que no hay duda que el clima, que es tropical, influye radicalmente.

Ni qué decir tiene que aquí están los mejores dentistas y cirujanos estéticos del mundo conocido, y no les falta trabajo.


Lo primero que vi al llegar fue el sambódromo donde se celebran los desfiles de carnaval. Políticos de Espanna, para cuándo un sambódromo? Bien sabido es que da alegría, multiplica la festividad y merma el aburrimiento. También el apolillamiento. QUEREMOS UN SAMBÓDROMO YA.

Pues eso, que Río no está nada mal, aunque quizás en este momento sea un poco peligroso por la epidemia de dengue. La cosa no es ninguna broma. Qué miedín cada vez que veo un mosquito...

3 comentarios:

Elveranomaslargo dijo...

Oye, a ver si pones foto de uno de esos traseros pomposos.

Tu solo se educado, les explicas que es para la cabecera de un blog y que si no les importa que saques una foto de su trasero...

Naranja dijo...

Estoy trabajando en ello... La cosa merece una tesis doctoral.

Lienzo tierra dijo...

Los hombres siempre pensando en lo mismo, si es que...;-)