17 de octubre de 2007

Lhasa - Katmandú. Dunas

El paisaje tibetano cambia extraordinariamente rápido. Puedes ver montañas repletas de vegetación y pocos minutos después un desierto.

Aquí sale mi figura dando saltos en unas divertidísimas dunas. Tan divertido o más que una piscina de bolas. La verdad que fue muy, muy entretenido.

Y cuando estábamos los seis ya un buen rato explorando las dunas, de repente aparecieron unos niños. ¿De dónde? Normalmente en cuanto para un coche, en cualquier sitio, aparecen niños de debajo de las piedras, pero... ¡aquí no hay ni piedras! Aún nos estamos preguntando de dónde demonios salieron esos niños. Un hecho inexplicable, magia pura.

1 comentario:

Lienzo tierra dijo...

Jajajaja, sí! pero en la piscina de bolas no te entra arena por todos los lados si te revuelcas.
Curioso lo de los niños, estarían escondidos bajo una duna esperando turistas :-P