Acompañado por la linda y simpática chilena de nombre Nataly fui al punto más alto de la ciudad desde donde se ve todo Santiago, arropado por sus conocidas montañas.
Y después, ¿por qué no visitar Fantasilandia?
Vaya, sorprententemente parecido al Parque de Atracciones de Madrid. Algunas máquinas son exctamente iguales. Y es que Chile en general tiene un sabor a la España de hace un tiempo.
Muy agradable compañía, señorita de los labios de mermelada. Mis mejores deseos para ti.
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