23 de marzo de 2008

Ushuaia, al sur del sur.


Siempre se puede arañar un poco más en todo, en este caso, bajar más al sur aún a bordo del barco Barracuda, el más antiguo del puerto y mucho menos masificado que el resto.


El objetivo es adentrarse un poco más en estas remotas aguas y ver alguna que otra isla en la que por lo visto habitan exóticos animales.

La verdad que impresiona el lugar, más aún cuando el barco realmente casi roza los pedruscos y se detiene un buen rato para poder contemplar a gusto.


En la primera de ellas conviven lobos (de un pelo) y cormoranes. En otra más lejana sólo hay lobos (de dos pelos).


Y para rematar la faena, el faro siniestro. ¿Qué hay ya más lejos? Nadie lo sabe. Quizás gigantes pulpos, pomposas sirenas, rusos, entes malignos poseídos por algún encantamiento y otros seres imaginarios a la espera de incautos que en los remotos mares se adentren.

De lo que no hay duda es que AQUÍ se acaba ya el mundo.

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