Imprescindible visita a la montaña, cogiendo un tranvía. Aunque sea un lugar repleto de turistas, merece la pena el sacrificio para observar unas de las mejores vistas que he disfrutado jamás, a pesar de no tener un cielo azulón y con algunas nubes:
Obsérvese la dimensión de los edificios "más bajitos".
Qué barbaridad...
NOTA: en este lugar coincidí con una mujer que también hacia fotos a un osito, pero de dimensiones considerables. Qué cosas tan raras hace la gente rara...
No hay comentarios:
Publicar un comentario