5 de septiembre de 2007

Beijing... ¡Ohhhhhhh!

El autobús llega a Beijing. Sólo se puede decir una cosa.... ohhhh!! Impresionante ciudad. Ya en las afueras no se ven más que edificios enormes y todos juntitos, cuesta trabajo pensar cómo pueden compartir el espacio vital tantos humanos viviendo juntos, aunque ese concepto no se debe contemplar en este superpoblado país.

Lo que más llama la atención de Beijing es la contaminación, esa palabra que tanto habíamos oído de otros viajeros pero que no teníamos tan en cuenta; Beijing es una de las ciudades más contaminadas del mundo, y se nota, se nota. Los edificios más lejanos ya desaparecen engullidos por el aire contaminado. Hay gente que ha estado aquí un mes sin ver el sol ningún día.

A la llegada, acompañados por la pareja canadiense-mongola, resolvemos algunos asuntos en la estación de tren, que es una autentica jauría de chinos.



Pero adelanto que Beijing es genial!!!

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